Depresión, ¿Cómo saber si tengo?

La depresión es una afección de salud mental que puede afligir a cualquier persona, independientemente de su edad, género o situación.

Reconocer los signos de la depresión en uno mismo a veces puede ser un desafío, ya que estos pueden variar considerablemente de una persona a otra por diversas razones. Recordemos que esta afección representa más que sentirse triste ocasionalmente; es una problemática persistente que afecta la capacidad de una persona para desarrollarse en la vida diaria.

En base a ello, algunos de los síntomas comunes son:

Estado de ánimo persistentemente bajo

La tristeza en este punto habitualmente es profunda y a menudo no tiene una causa aparente. Puede envolver a la persona en una sensación constante de pesar, incluso en situaciones que normalmente no provocarían tal reacción. Se suele experimentar una sensación abrumadora de desesperanza y desánimo. Este sentimiento va más allá de una respuesta temporal a los desafíos y se arraiga en la percepción de que las cosas nunca mejorarán.

El pensamiento negativo se vuelve dominante, dando lugar a autocríticas constantes y una percepción distorsionada de la realidad. La persona puede tener dificultades para ver aspectos positivos de su vida o del mundo en general. Los momentos de distracción o placer son efímeros y seguidos rápidamente por un retorno a la melancolía.

Alteraciones en el sueño

El insomnio, la dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido, es común en la depresión. Las personas pueden pasar horas dando vueltas en la cama, incapaces de encontrar descanso. Sin embargo, también es normal, aunque menos frecuente, la hipersomnia: es decir, la necesidad extrema de dormir, incluso durante el día, y aún así sentirse constantemente fatigado. Además, la depresión también puede manifestarse en forma de pesadillas o sueños perturbadores. Estos pueden aumentar la ansiedad y dificultar aún más la calidad del sueño.

La relación entre la depresión y los problemas de sueño es bidireccional. La depresión puede causar alteraciones en el sueño, y a su vez, los problemas de sueño suelen agravar esta afección. Se trata de un círculo vicioso que induce a que ambos aspectos de la salud se vean afectados negativamente, subrayando la importancia de abordarlos en conjunto.

Cambios en el peso y/o en el apetito

La depresión puede llevar a una pérdida de peso no intencionada. La disminución del interés en la comida, combinada con cambios en la química cerebral asociados con la depresión, puede resultar en la falta del apetito.

En contraste, algunos individuos experimentan un aumento significativo de kilos debido a la búsqueda de consuelo en la comida y a la falta de motivación para hacer ejercicio.

Problemas de concentración y pérdida de energía

La mente en la depresión tiende a divagar, dificultando mantener la concentración en una tarea específica e impidiendo la atención plena. A su vez, la toma de decisiones se vuelve un desafío y la indecisión puede paralizar la capacidad para avanzar en acciones concretas.

La falta de energía puede hacer que incluso las tareas diarias más simples se sientan abrumadoras. Actividades que solían ser manejables pueden volverse agotadoras, contribuyendo a una disminución en la participación en actividades físicas.

Aislamiento social

Es frecuente también como síntoma el distanciamiento significativo de la vida social. Las personas afectadas por esta enfermedad tienden a aislarse de amigos, familiares y actividades sociales que antes disfrutaban. La falta de motivación causa que las personas dejen organizar reuniones, responder a invitaciones o buscar oportunidades para conectarse con los demás. Y, aunque estén rodeados de amigos o familiares, la depresión puede crear una sensación persistente de soledad. Este sentimiento puede ser abrumador, incluso en entornos sociales, contribuyendo así al aislamiento emocional.

Pensamientos autodestructivos

Uno de los aspectos más delicados de esta afección es la presencia de pensamientos relacionados a la muerte o suicidio. Estas ideas pueden oscilar desde una sensación general de desesperanza hasta algunas más específicas sobre quitarse la propia vida. Es esencial abordar este aspecto con la máxima seriedad, ya que puede representar un riesgo significativo para la salud mental y física de la persona afectada.

Incluso, algunas personas con depresión pueden expresar abiertamente sus pensamientos sobre hacerse daño a sí mismas. Pueden hablar sobre la idea de querer morir o incluso discutir planes específicos para hacerlo. Cualquier mención de estos temas debe tomarse con extremo cuidado y abordarse de inmediato.

🚨 Es fundamental comprender que los pensamientos autodestructivos son una emergencia psicológica. Si tú o alguien que conoces está experimentando esta situación, es crucial buscar ayuda profesional de inmediato. La prevención del suicidio es una responsabilidad compartida, y cada paso tomado para buscar ayuda puede marcar la diferencia en la vida de alguien que lucha contra la depresión.

Terapia para tratar casos de depresión

depresión

Buscar ayuda a través de la terapia es un paso crucial y transformador en el camino hacia la superación de la depresión. El apoyo de un profesional de la salud mental puede marcar la diferencia al brindar una perspectiva externa, comprensión sin juicio y un conjunto de herramientas personalizadas para abordar tus necesidades específicas. La terapia no solo alivia los síntomas existentes, sino que también te capacita para construir resiliencia, fomentar el cambio positivo y trabajar hacia una vida más plena y satisfactoria.

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